Comer un pez capturado en un río o lago de agua dulce en Estados Unidos al año equivale a beber un mes de agua contaminada con compuestos químicos perfluorados, sustancias que no se descomponen ni en el medio ambiente ni durante la digestión, según una investigación publicada este martes en la revista académica Environmental Research.
Los investigadores del Grupo de Trabajo Ambiental (EWG, por sus siglas en inglés) analizaron 500 muestras de filetes de pescado recolectados en cuerpos de agua en EE.UU. entre 2013 a 2015 dentro de distintos programas de monitoreo y determinaron que comer tales pescados equivalen a la ingesta mensual de un nivel potencialmente peligroso de PFOS, según un comunicado de la organización.
El PFOS pertenece a un grupo de las llamadas sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS, por sus siglas en inglés), un grupo de agentes químicos que también incluye PFOA, GenX, y muchos otros compuestos que fueron desarrollados para resistir al agua y el calor.
Desarrollados en la década de 1940, se han utilizado en varias industrias en todo el mundo para fabricar sartenes antiadherentes, textiles, espumas de extinción de incendios y envases de alimentos.
Curiosamente, el promedio de PFAS, también llamados ‘químicos para siempre’, detectado en algunos otros peces vendidos comercialmente fue 280 veces menor que en peces de agua dulce.
“Al crecer, iba a pescar todas las semanas y comía esos peces. Pero ahora, cuando veo peces, todo lo que pienso es en la contaminación por PFAS”, comentó David Andrews, científico principal de EWG y uno de los autores principales del estudio.
Los peces de agua dulce son una fuente importante de proteínas para muchas personas, y la contaminación por PFAS afecta a las comunidades que dependen de la pesca y no pueden comprar peces y mariscos comerciales, indica el comunicado.