Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) revela que debido a las desigualdades sanitarias sistémicas y persistentes, muchas personas con discapacidad corren el riesgo de morir mucho antes, en ocasiones hasta 20 años, que las personas sin discapacidad.
El documento muestra que tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas, con hasta el doble de riesgo de asma, depresión, diabetes, obesidad, enfermedades bucodentales, las de transmisión sexual y los accidentes cerebrovasculares.
Esos riesgos no pueden atribuirse a las condiciones de las discapacidad sino a “factores evitables, injustos y poco equitativos”, asegura el informe.
“Los sistemas de salud deben aliviar los retos a los que se enfrentan las personas con discapacidad, no aumentarlos”, ha afirmado el director general de la agencia de la ONU, el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, que añadió que “el informe pone de manifiesto las desigualdades a las que se enfrentan las personas con discapacidad al intentar acceder a la atención que necesitan”.
1300 millones de personas con “discapacidad significativa”.
Presentado en vísperas del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, que se observa el día 3 de diciembre, el informe muestra que el número de personas con discapacidades significativas en todo el mundo ha aumentado a 1300 millones (o una de cada seis).
“Este informe también contiene nuevas estimaciones de prevalencia mundial de la discapacidad significativa, que se sitúa en torno al 16% de la población, es decir, al ritmo actual, 1300 millones de personas con discapacidad significativa”, señaló Darryl Barrett, responsable técnico de la agencia de la ONU para las funciones sensoriales, la discapacidad y la rehabilitación, al presentar el documento a los periodistas en Ginebra.
Se calcula que el 80% de las personas con discapacidad viven en países de ingresos bajos y medios, donde los servicios sanitarios son limitados, por lo que abordar las desigualdades en materia de salud podría ser un reto. Sin embargo, incluso con recursos limitados, se puede lograr mucho, afirma la agencia de la ONU.
Pasar a la acción
El informe recomienda a los gobiernos 40 medidas, que van desde la creación de infraestructuras físicas hasta la formación del personal sanitario.
“La actitud y la competencia de los trabajadores sanitarios, por ejemplo, pueden ser bastante negativas y repercutir en los resultados sanitarios de las personas con discapacidad“, dijo Barrett.
La OMS subraya la necesidad de adoptar medidas urgentes para hacer frente a las desigualdades. “Cuando los gobiernos se plantean la formación de su personal sanitario, es importante que incluyan la discapacidad como parte de esa formación y educación, de modo que el personal tenga la confianza y la competencia necesarias para poder hacer frente a lo que se necesita”, subrayó Barrett.
El informe muestra que invertir en un sector sanitario que incluya la discapacidad es rentable.
La Organización Mundial de la Salud calcula que los gobiernos podrían esperar un retorno de unos 10 dólares por cada dólar invertido en la prevención y atención de enfermedades no transmisibles que incluyan a las personas con discapacidad.
Acciones específicas y globales en todo el sector sanitario
Además, garantizar la equidad sanitaria para las personas con discapacidad también tendrá beneficios más amplios y puede hacer avanzar las prioridades sanitarias mundiales de tres maneras:
- la equidad sanitaria para todos es fundamental para lograr la cobertura sanitaria universal
- las intervenciones de salud pública inclusivas que se administran de forma equitativa en los distintos sectores pueden contribuir a una población más sana
- la promoción de la equidad sanitaria para las personas con discapacidad es un componente central en todos los esfuerzos para proteger a todos en las emergencias sanitarias
La doctora Bente Mikkelsen, directora de la OMS para Enfermedades No Transmisibles, ha señalado que “abordar las desigualdades sanitarias de las personas con discapacidades beneficia a todos”.
“Las personas mayores, las personas con enfermedades no transmisibles, los migrantes y los refugiados, u otras poblaciones a las que con frecuencia no se llega, pueden beneficiarse de los enfoques que se dirigen a los desafíos persistentes para la inclusión de la discapacidad en el sector de la salud.”
Y añadió: “Instamos a los gobiernos, a los socios sanitarios y a la sociedad civil a que garanticen que todas las acciones del sector de la salud incluyan a las personas con discapacidad para que puedan disfrutar de su derecho al más alto nivel de salud”.