Entre la desesperación, la angustia y el miedo, los vecinos de la favela de Vila Cruzeiro en Río de Janeiro siguen contando los muertos que dejó el martes una letal operación policial: ya son 25. Mientras tanto, el presidente Jair Bolsonaro felicitó a los agentes por “neutralizar a los sospechosos”.
“Felicidades a los guerreros del Bope [Batallón de Operaciones Especiales] y a la Policía Militar, que neutralizaron por lo menos a 20 delincuentes vinculados al narcotráfico en el enfrentamiento después de ser atacados a tiros durante la operación”, comentó el ultraderechista.
No es la primera vez que Bolsonaro elogia una sangrienta acción policial. Justo hace un año, felicitaba también a los agentes tras una operación que se saldó con 28 muertes en Jacarezinho, otra favela en la capital carioca, y considerada la mayor masacre de la historia de esta ciudad que es la postal turística de Brasil.
En la operación del martes, que dejó sin escuela a miles de niños, participaron 26 agentes, ocho vehículos blindados y un helicóptero. Y se trata de la segunda más mortal después de Jacarezinho.
El mandatario, que criticó a la prensa por “exentar al criminal”, publicó una foto de las armas y las drogas que fueron incautadas: 13 fusiles, cuatro pistolas, 12 granadas y una tonelada de estupefacientes.
En la misma línea, Cláudio Castro, gobernador de Río de Janeiro y aliado de Bolsonaro, subrayó: “Esta gente mala quiere matar el futuro del pueblo de Río de Janeiro. Fuera del Estado de derecho y el orden, están la barbarie y el bandolerismo. No permitiremos la anarquía en nuestro Estado”.
Doce horas de tiroteos
De poco sirvió que las organizaciones de derechos humanos intentasen conseguir un alto el fuego. La operación duró 12 horas.
La Policía Militar dice que llevaba planeando la acción desde hace meses. El objetivo era detener a unos 50 criminales del ‘Comando Vermelho’, la organización de narcotraficantes más poderosa de Río de Janeiro, que tenían previsto trasladarse a otra favela.
La versión oficial indica que el plan policial se vino abajo cuando uno de sus equipos de civiles fue descubierto.
Según la corporación, la mayoría de los fallecidos eran sospechosos. No hubo detenciones.
Entre los muertos figura Gabrielle Ferreira da Cunha, de 41 años, y a quien le alcanzó una bala perdida cuando estaba en su vivienda. Bolsonaro lamentó el fallecimiento de “una víctima inocente”.
Investigación
El Ministerio Público Federal abrió una investigación sobre eventuales violaciones de derechos humanos durante el operativo.
La Federación de Asociaciones de Favelas del Estado de Río de Janeiro (Faferj) aseguró que recibió denuncias de vecinos que relataron ejecuciones. “Si el Estado mata a personas a cuchilladas, no es una situación de enfrentamiento”, comentó Dere Gomes, miembro de Faferj.
La concejala Tainá de Paula, del Partido de los Trabajadores (PT), destacó que vio un cuerpo en el suelo con varias perforaciones y un polvo blanco, semejante a la cocaína, esparcido en la boca.
Su relato coincide con el de Thainã de Medeiros, que trabaja en el gabinete de la diputada Renata Souza, del izquierdista Partido Socialismo y Libertad (PSOL), y quien sostuvo haber visto un cuerpo con “visibles marcas de ejecución”.
Según su relato, recogido por G1, los vecinos le contaron que a la víctima se le obligó “a comer cocaína”. “Me acuerdo muy bien de su cara. La boca echando espuma”, añadió.
“Este tipo de operación, que no se naturalizaría en los barrios de lujo de la ciudad, nunca se debería naturalizar dentro de las favelas“, recordó Guilherme Pimentel, consultor de la Defensoría Pública de Rio de Janeiro.
Según el proyecto Monitor da Violencia, en 2021, más de 1.350 personas murieron a manos de las fuerzas policiales en este estado, un 8,9 % más que en 2020.