La compra de oro por parte de los bancos centrales de los países en desarrollo está en auge y es una forma de protegerse contra los crecientes riesgos geopolíticos, señaló el miércoles el presidente ejecutivo de World Gold Council, David Tait. El experto en el mercado de metales preciosos dijo a CGTN que la tendencia se remonta a 2013, cuando este grupo de bancos quería ponerse al nivel de sus pares en Occidente.
Últimamente la cantidad de compras ha aumentado ya que los bancos centrales están ansiosos por encontrar alternativas al dólar estadounidense y diversificar sus activos.
Compradores fuertes en busca de alternativas
Mientras, Ruchir Sharma, presidente de la firma de gestión de servicios financieros Rockefeller Capital Management, destacó a su vez que la demanda de oro no proviene de “los sospechosos de siempre”, que son grandes y pequeños inversores “que buscan una cobertura contra la inflación y las bajas tasas de interés reales”, sino de los “compradores fuertes” como bancos centrales.
Los reguladores están reduciendo drásticamente sus tenencias de dólares y buscando una alternativa segura, explicó el empresario y columnista en un artículo publicado en Financial Times el domingo 23 de abril. En estas condiciones, el oro, como el activo más antiguo y tradicional, “es ahora un vehículo de la revuelta de bancos centrales contra el dólar“, manifestó Sharma.
El inversor enfatizó que el aumento de la compra es mayor que en cualquier otro momento desde que comenzaron los registros en 1950 y que los bancos centrales representan ahora un récord del 33 % de la demanda global mensual del metal precioso. Nueve de los diez principales compradores entre los bancos centrales se encuentran en el “mundo en desarrollo”, destacándose Rusia, la India y China.
“No es coincidencia que estos tres países estén en conversaciones con Brasil y Sudáfrica sobre la creación de una nueva moneda para desafiar al dólar”, señaló el directivo.
Presión de las sanciones occidentales
En su opinión, la fiebre por el metal precioso tiene que ver con la creciente presión de las sanciones que EE.UU. y sus aliados ejercen contra Rusia, Irán, China y muchos países más, de tal modo que hasta el 30 % de las naciones están enfrentando sanciones internacionales, frente al 10 % a principios de la década de 1990.
Algunos países comenzaron a buscar alternativas después de ver la congelación de activos rusos en el extranjero y la desconexión del país del sistema de comunicación interbancaria global SWIFT. “De repente, quedó claro que cualquier nación podría ser un objetivo” de esta clase de medidas, escribió el experto.
Según Sharma, EE.UU. vio las sanciones como una “manera gratuita de luchar contra Rusia”, pero en realidad la “militarización” del dólar ha tenido un costo para Washington, ya que incluso sus habituales aliados como Tailandia y Filipinas han comenzado a buscar alternativas.
Por otra parte, Ruchir Sharma alabó en 2016 la actuación del presidente ruso Vladímir Putin por la “buena defensa” de la economía de su país ante el desplome de los precios de petróleo en 2014 y la posterior fuga de capitales.
Respuesta de la oferta
Los países exportadores de oro han comenzado a responder a la creciente demanda. Así, el viceministro de Minería y Geología de Uzbekistán, Ahzam Kadirjodzháyev, anunció el miércoles 26 de abril que los “planes más cercanos” de la nación contemplan incrementar los volúmenes anuales de producción de 105 a 150 toneladas de oro.
Uzbekistán ocupó el puesto 10 en la lista de los países productores de este metal precioso. Mientras tanto, cerca del 31 % del oro minado en 2022 vino de tres países, cada uno de los cuales produce más de 300 toneladas al año: China, Rusia y Australia.
Recientemente, los precios bursátiles de oro rondaron 2.000 dólares por onza, y se acercan a los niveles más altos de la historia.