Las intensas lluvias que azotaron a California (EE.UU.) en los últimos meses revirtieron en parte la severa sequía que padece el estado desde hace tres años. Así lo demuestran imágenes que evidencian el antes y el después del nivel de agua de 12 de los 17 embalses principales, que están por encima de sus promedios históricos.
“California pasó de los tres años más secos registrados a las tres semanas más húmedas registradas cuando fuimos catapultados a nuestra temporada de lluvias en enero”, dijo Karla Nemeth, directora del Departamento de Recursos Hídricos del estado, citada por AP. “Por lo tanto, hidrológicamente, California ya no está en sequía, excepto en porciones muy pequeñas del estado”, confirmó.
No obstante, el gobernador Gavin Newsom aún no declaró el final de la sequía, ya que todavía hay escasez de agua a lo largo de la frontera con Oregón y en partes del sur del estado que dependen del río Colorado.
Nuevos desafíos
Por otra parte, la lluvia y la nieve acumulada pueden traer nuevos desafíos. Algunos embalses están tan llenos que se está liberando agua para dar cabida a la escorrentía de tormentas y el deshielo que podría causar inundaciones esta primavera y verano, un nuevo inconveniente para las autoridades.
Las precipitaciones extremas han creado una de las mayores acumulaciones de nieve registradas en las montañas de Sierra Nevada. El contenido de líquido de la capa de nieve es del 239% de su promedio y casi se triplica en la Sierra Sur, según datos recogidos por la agencia.
Ahora que el tiempo se vuelve más cálido, las autoridades se están preparando para que toda esa nieve se derrita, desatando un torrente de agua que se espera que cause inundaciones en las estribaciones de la Sierra y el Valle Central. “Sabemos que habrá inundaciones como resultado del deshielo”, admitió Nemeth.