Una investigación científica publicada este martes en la revista Annals of Internal Medicine vinculó un mayor consumo del té negro (dos o más tazas al día) con la reducción de entre el 9 % al 13 % del riesgo de muerte por enfermedades cardiovasculares (ECV), la cardiopatía isquémica, accidentes cerebrovasculares y enfermedades respiratorias.
Los científicos del Instituto Nacional del Cáncer de EE.UU. encuestaron a 498.043 personas entre 40 y 69 años en el Reino Unido sobre sus hábitos de tomar té y luego observaron su estado salud durante más de 11 años. Sin embargo, el estudio no tenía en cuenta algunos criterios que podían ser importantes, por ejemplo, el tamaño de la porción o la concentración del té.
Además, el estudio halló que la relación se mantuvo en las muertes por enfermedades cardíacas, pero no hubo una tendencia clara en las muertes por cáncer.
Aunque los resultados mostraron que el consumo de té puede considerarse como parte de una dieta saludable, la investigación provocó una discusión en la sociedad.
La profesora de estudios alimentarios en la Universidad de Nueva York, Marion Nestle, puso en dudas las conclusiones del trabajo, afirmando que “los estudios observacionales como este siempre plantean la pregunta: ¿Hay algo más en los bebedores de té que los hace más saludables?”. La académica indicó que es mejor interpretar los resultados con cautela.
A su vez, la científica que encabezó la investigación, Maki Inoue-Choi, también declaró que no hay bastantes evidencias para recomendar a las personas cambiar sus hábitos de tomar té.