Investigadores estadounidenses, dirigidos por el Instituto Cooperativo para la Investigación en Ciencias Ambientales (CIRES, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Colorado Boulder, EE.UU., descubrieron inesperadamente una comunidad de microbios que metabolizan azufre y gases atmosféricos en la antigua isla Hunga Tonga Hunga Ha’apai. La isla ofreció una muy escasa oportunidad de aprender cómo los ecosistemas se inician con los primeros microbios que colonizan la tierra, antes de que aparezcan plantas o animales, comunicaron recientemente.
Una isla que apareció de la nada y tuvo una existencia muy corta
La isla Hunga Tonga Hunga Ha’apai se formó en 2015, después de la erupción de un volcán submarino en el Reino de Tonga, el Pacífico Sur. Luego, el 15 de enero de 2022, el volcán hizo erupción nuevamente, arrasando toda la masa terrestre en la mayor explosión volcánica del siglo XXI. En el corto período de siete años brindó una muy escasa oportunidad para estudiar la biología y la ecología de los primeros colonizadores microbianos de esta isla volcánica de reciente formación.
Una oportunidad única
“Este tipo de erupciones volcánicas ocurren en todo el mundo, pero no suelen producir islas. Tuvimos una oportunidad increíblemente única”, comentó Nick Dragone, del CIRES y autor principal del estudio. “Nadie había estudiado exhaustivamente los microorganismos en este tipo de sistema insular en una etapa tan temprana antes”. “Estudiar los microbios que colonizan las islas por primera vez permite vislumbrar la etapa más temprana del desarrollo del ecosistema, incluso antes de que lleguen las plantas y los animales”, explicó Noah Fierer, miembro de CIRES y coautor de la investigación.
Un sorprendente hallazgo
Sin embargo, el hallazgo de una comunidad microbiana única, similar a los organismos que se encuentran en los respiraderos marinos profundos o las fuentes termales como Yellowstone y otros sistemas volcánicos, resultó en extremo sorprendente para los científicos. “No vimos lo que esperábamos“, precisó Dragone. “Pensamos que veríamos organismos que se encuentran cuando un glaciar retrocede, o cianobacterias, especies de colonizadores tempranos más típicas. En cambio encontramos un grupo único de bacterias que metabolizan el azufre y los gases atmosféricos”.
“Una de las razones por las que creemos que vemos estos microbios únicos es por las propiedades asociadas con las erupciones volcánicas: mucho azufre y gas de sulfuro de hidrógeno, que probablemente alimentan los taxones [grupos microbianos] únicos que encontramos”, indicó Dragone. “Nuestra mejor conjetura es que los microbios provinieron de ese tipo de fuentes”, agregó. El estudio fue publicado, recientemente, en mBio.
A la espera de una nueva oportunidad
“Por supuesto, estamos decepcionados por la desaparición de la isla, pero ahora tenemos muchas predicciones sobre lo que sucederá cuando se formen islas”, señaló Dragone. “Entonces, si algo se volviera a formar, nos encantaría ir allí y recopilar más datos. Tendríamos un plan de juego sobre cómo estudiarlo”, subrayó.