La Organización Mundial de la Salud no cree que actualmente sea necesaria ni recomendable una vacunación masiva contra la viruela del mono, según indican las primeras recomendaciones de la agencia sobre el uso de inmunizaciones contra esa enfermedad.
La OMS estima que la propagación de la viruela del mono de persona a persona puede controlarse con medidas de salud pública que incluyan la detección temprana de casos, junto al diagnóstico, la atención, el aislamiento y el rastreo de contactos.
Al mismo tiempo, indicó que todas las decisiones en torno a la inmunización con vacunas contra la viruela o la viruela del mono deben realizarse mediante un proceso de decisión clínica compartida, basado en una evaluación conjunta de los riesgos y los beneficios, entre el proveedor de servicios médicos y el posible vacunado, en función de cada caso.
Para los contactos expuestos a los casos de la enfermedad se recomienda administrar una vacuna adecuada de segunda o tercera generación, preferiblemente dentro de los cuatro días siguientes a la primera exposición y hasta 14 días en ausencia de síntomas del padecimiento.