La Organización Mundial de la Salud y su sucursal para las Américas, la Organización Panamericana de la Salud, han hecho un llamamiento a los países para que continúen haciendo pruebas con las que detectar la presencia del COVID-19 y poder secuenciarlo.
La directora de la OPS, Carissa Etienne, explicó en rueda de prensa que algunos países han cambiado sus estrategias sobre los test de COVID-19, lo que hace más difícil obtener la imagen completa de las variantes en la región. Por eso pidió que se sigan haciendo pruebas y evitar “entrar en la próxima ola a ciegas”.
“En las últimas semanas, muchos países y territorios de las Américas han reducido las medidas de salud pública, y algunos lo han hecho prematuramente”, sostuvo la directora de la OPS, señalando que los casos han aumentado recientemente en lugares que dependen del turismo, especialmente en partes de América del Norte y el Caribe donde la cobertura de vacunación es baja.
Por su parte, los científicos de la OMS recordaron en su boletín epidemiológico semanal que “el riesgo de aparición de nuevas variantes, incluidas las recombinantes (dos variantes de la misma cepa), sigue siendo muy elevado” y coincidieron con Etienne en que la toma de muestras, la secuenciación y el intercambio de datos entre los Estados siguen siendo “fundamentales” para comprender el funcionamiento del SARS-CoV-2
Situación en las Américas
Los casos y muertes por COVID-19 han disminuido en la mayoría de los países y territorios de las Américas en las últimas semanas, pero no se puede ignorar el riesgo de nuevos repuntes a medida que se relajan las restricciones.
Etienne recordó que “una y otra vez, hemos visto cómo la dinámica de la infección en Europa se refleja aquí, apenas unas semanas después”.
De hecho, la variante ómicron BA.2 ya se ha detectado en el 8,7% de las secuencias notificadas desde Sudamérica.
De acuerdo con los datos que tiene la Organización, en el Caribe y en Norteamérica, ómicron se está convirtiendo en la variante predominante. Junto con el aumento del turismo y los viajes, y la relajación de las medidas de salud pública, la circulación de ómicron está impulsando las nuevas oleadas de COVID que se están viendo en ciertas comunidades.
Etienne dijo que no se puede ignorar el riesgo de nuevas oleadas de COVID-19 en otras partes de la región y pidió afrontarlas de manera unida, “con precaución, pero también con confianza, porque ahora se sabe lo que hace falta para proteger a la población”.
Entre lo que es necesario señaló, en primer lugar, seguir cubriendo las lagunas de vacunación para proteger a los más vulnerables. Los ancianos e inmunodeprimidos siguen siendo las personas con más probabilidades de ser hospitalizadas tras una infección por COVID-19.
“Ómicron ha dejado muy claro que las vacunas son nuestra mejor apuesta para protegerlos, y a todos los demás, de enfermedades graves y salvar vidas”, resaltó la directora de la OPS.
Más de 685 millones de personas en las Américas han completado su calendario de vacunación contra el COVID y 50 países han comenzado a suministrar dosis adicionales y refuerzos a sus poblaciones elegibles.
La adición de esta dosis de refuerzo a la serie primaria es fundamental para las personas con mayor riesgo de padecer COVID grave, que pueden necesitar una dosis adicional para seguir estando tan protegidas como el resto.
“Sin embargo, las lagunas que aún existen mantendrán a nuestra región en riesgo durante futuras oleadas. A pesar de todos nuestros esfuerzos, y de los esfuerzos de los Estados Miembros, 240 millones de personas en las Américas aún no han recibido una sola inyección de la vacuna contra el COVID-19”, dijo Etienne.
Situación en el resto del mundo
En todo el mundo, los casos y las muertes han descendido durante la última semana, pero la Organización Mundial de la Salud está vigilando de cerca la aparición de la subvariante XE de ómicron en el Reino Unido.
Esta recombinante (una mezcla de las subvariantes BA.1-BA.2) se detectó por primera vez en el país europeo el 19 de enero y desde entonces se han notificado más de 700 casos.
Según la OMS, los primeros datos sugieren que la XE tiene una ventaja en la tasa de transmisión de alrededor del 10% en comparación con la BA.2. Sin embargo, matizan, este hallazgo requiere más confirmación.