Una neoyorquina, que ha tenido problemas cardíacos durante toda su vida y ha pasado por dos trasplantes de corazón, lucha por su sueño de convertirse en médico.
Gianna Paniagua, de 31 años, es una de las receptoras de trasplantes de corazón infantiles más longevas de Estados Unidos y ahora, contra todo pronóstico, se ha matriculado en el premédico de la Universidad de Columbia, donde obtendrá los créditos necesarios para solicitar el ingreso en la Facultad de Medicina el año que viene.
Cuando era bebé a Paniagua le diagnosticaron una miocardiopatía hipertrófica, una enfermedad en la que el músculo del corazón se engrosa, dificultando el bombeo de sangre. Recibió su primer trasplante de corazón en 1992, cuando solo tenía 14 meses. “No había un antes. Esto era simplemente mi vida”, comentó Paniagua a The New York Post este martes. “No es algo de lo que me arrepienta. Simplemente existe”.
It’s Donate Life Month! I’ll be sharing stories all month long to show all the good organ donation can bring. So many people keep the transplant world running but ultimately it comes down to the donor. Register to be an organ donor at https://t.co/xEWrR3Hdug #donatelifemonth pic.twitter.com/cu1AuKgkdE
— Gianna Paniagua (@TragicDarling) April 1, 2022
La mujer comenzó su primer año en la Universidad de Pittsburgh matriculándose en clases de Medicina y Bellas Artes. Abandonó la carrera de Medicina posteriormente debido al desgaste físico que requiere. Después de graduarse, empezó a sufrir dolores crónicos y su salud a deteriorarse. Los médicos acabaron descubriendo que tenía cáncer, un caso de linfoma post-trasplante, conocido como ‘PTLD’, y que tendría que someterse a una ronda de quimioterapia.
Fue entonces cuando decidió perseguir su sueño de ser médico y solicitó su ingreso en Columbia, lo que hizo al mismo tiempo que comenzaba el tratamiento. Mientras se recuperaba en el hospital, la mujer recibió una carta de aceptación de la universidad. “Fue realmente fantástico y extraño y un poco surrealista”, dijo al abrir su correo electrónico de aceptación. “Por fin estaba haciendo lo que quería hacer desde que tenía 3 años”.
Sin embargo, en el 2019 sus síntomas empeoraron. Caminar la dejaba sin aliento y experimentaba palpitaciones, retención de líquidos extrema, náuseas, dolores de cabeza y convulsiones. Le dijeron que necesitaría un segundo trasplante de corazón inmediatamente. Sin él, solo le quedarían 4 meses de vida.
En febrero del 2021, tras un largo trámite para conseguir el donante y el centro médico adecuado, Paniagua recibió con éxito su segundo trasplante, lo que le permitió continuar sus estudios. Hoy, como paciente de toda la vida, cree que puede aportar una perspectiva única a la facultad y ayudar a otros como ella. “Probablemente es lo mejor que me ha pasado”, dice. “Naces con la personalidad que tienes. Naces con los talentos que tienes. Y aquellos con los que nací van muy bien para intentar ayudar a avanzar en los trasplantes”.