En un intento por frenar la inflación rampante en Estados Unidos, la Reserva Federal (Fed, por sus siglas en inglés) anunció este miércoles una subida de los tipos de interés del 0,75 %, la mayor desde 1994. Sin embargo, los expertos prevén un panorama desalentador, donde las probabilidades de entrar en una recesión van en aumento.
“A estas alturas, en realidad esperábamos ver señales claras de que la inflación se aplanaba e, idealmente, empezaba a descender”, dijo el presidente del banco central, Jerome Powell, en una rueda de prensa este miércoles. “En contra de las expectativas, la inflación sorprendió al alza. Pensamos, en esta reunión, que estaba justificada una acción fuerte en forma de una subida de tipos de 75 puntos básicos”.
¿Qué significa la subida de los tipos de interés?
La subida de los tipos es una medida clave que toma el banco central estadounidense para combatir la inflación galopante, pero también supone una subida de los tipos de las tarjetas de crédito, las hipotecas y otros préstamos. En otras palabras, el coste de los préstamos sube, lo que encarece la financiación de la vivienda, el coche y otras compras esenciales.
Los mercados de valores y criptomonedas también podrían verse afectados negativamente por la decisión de la Fed de subir los tipos. Cuando los tipos de interés aumentan, el dinero es más caro de pedir prestado, lo que lleva a una menor liquidez tanto en los mercados de criptomonedas como de valores. La psicología de los inversores también puede hacer que los mercados se desplomen, ya que los inversores pueden retirar su dinero de las acciones o de las criptomonedas hacia inversiones más conservadoras.
¿Qué explica el rápido aumento de la inflación?
Aunque la inflación mostró signos de estabilización en abril, la Administración del presidente Joe Biden informó la semana pasada de que el índice de precios al consumidor (IPC) aumentó un 8,6 % este el año hasta mayo, la tasa de incremento más rápida en cuatro décadas. Ante esto, los estadounidenses se enfrentan a un encarecimiento de los alimentos, el combustible y la vivienda, y algunos buscan respuestas sobre la causa del estallido de los precios y lo que se puede hacer para resolverlo.
La aparición del coronavirus y la posterior instauración de medidas sanitarias estrictas provocó el cierre de la economía estadounidense. Millones de empleados fueron despedidos, muchas empresas tuvieron que cerrar y la cadena de suministro mundial se puso en pausa abruptamente. Sin embargo, la reducción de la oferta se encontró con un aumento de la demanda, ya que los estadounidenses empezaron a comprar bienes duraderos para sustituir los servicios que utilizaban antes de la pandemia, indicó Josh Bivens, director de investigación del Instituto de Política Económica, recoge CNET.
“La pandemia provocó distorsiones tanto en el lado de la demanda como en el de la oferta de la economía estadounidense“, dijo Bivens. “Por el lado de la demanda, canalizó toneladas de gasto hacia el estrecho canal de los bienes duraderos. Y luego, por supuesto, ese es el sector que necesita una cadena de suministro saludable para entregar los bienes sin presiones inflacionarias. No hemos tenido una cadena de suministro saludable debido, en su mayoría, al coronavirus”, agregó.
Los problemas en las cadenas de suministro y el aumento de la demanda han generado paulatinamente un rápido incremento de la inflación, que ha persistido desde la reapertura de la economía en 2021. Todo ello ha tenido como efecto el aumento de los precios al consumo, algo que se ha visto agravado por las posteriores variantes del covid-19, los cierres en China y la situación en Ucrania, según el Banco Mundial. Powell reafirmó las conclusiones del organismo internacional en la reunión de junio de la Fed, calificando estos factores de “riesgos de inflación” fuera del control del banco central.
¿La antesala de una recesión?
Aunque se esperaba que las recientes subidas de tipos ayudaran a reducir la inflación, el último informe del índice de precios al consumidor muestra que la situación puede ser más complicada de controlar. Además, todavía hay una preocupación sobre la mesa, ya que se esperan otras tres subidas de tipos este año. Si la Reserva Federal reacciona de forma exagerada subiendo los tipos demasiado, podría provocar una desaceleración económica, o peor aún, crear una recesión, advierten los expertos.
“Les están diciendo: ‘Haremos lo que sea necesario para llevar la inflación al 2 %'”, señaló Simona Mocuta, economista jefe de State Street Global Advisors, citada por AP. “Espero que los datos [de inflación] no les obliguen a hacer lo que sea. Habrá un coste”, agregó. En opinión de la experta, el riesgo de una recesión está ahora probablemente al 50 %. “No es que no se pueda evitarla, […] pero va a ser difícil evitarla”, apuntó.
A su vez, Robert Tipp, estratega jefe de inversiones de PGIM Fixed Income, declaró que los riesgos de recesión están aumentando, y no solo por las subidas de tipos de la Fed. El temor creciente es que la inflación sea tan intratable que solo pueda ser vencida mediante agresivas subidas de tipos que pongan en peligro la economía. “El riesgo ha aumentado porque las cifras de inflación fueron muy altas, muy fuertes”, indicó.
Todo ello hace que la decisión de la Fed para domar la inflación y evitar la recesión sea aun más traicionera. “Va a ser un paseo por la cuerda floja“, dijo Thomas Garretson, estratega senior de carteras de RBC Wealth Management, señalando que “no va a ser fácil”.
Mientras, la propia Fed reconoce que la subida de los tipos causará algún daño, aunque Powell rechazó cualquier idea de que la Reserva Federal deba provocar inevitablemente una recesión como precio para domar la inflación. “No estamos tratando de inducir una recesión“, manifestó. “Seamos claros al respecto”, añadió.