Más de 30 millones de menores de cinco años sufren emaciación o malnutrición aguda, provocada por los conflictos, las perturbaciones climáticas, los efectos actuales de la pandemia COVID-19 y el aumento del coste de la vida.
Los niños que padecen esta enfermedad tienen el sistema inmunitario debilitado y corren un mayor riesgo de morir de enfermedades infantiles comunes.
Ocho millones padecen emaciación grave, la forma más mortífera de desnutrición, lo que significa que tienen 12 veces más probabilidades de morir que los niños que comen lo suficiente.
La crisis podría agravarse
En ese contexto, cinco organismos de la ONU piden una acción urgente para proteger a millones de niños desnutridos en los 15 países más afectados por la crisis alimentaria y nutricional sin precedentes.
El llamamiento fue realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Todos ellos instaron a la comunidad internacional a acelerar los avances en el Plan de acción Mundial para la prevención de la emaciación en los niños con el que evitar que la creciente crisis se convierta en una tragedia.
Qu Dongyu, director General de la FAO, advirtió que es probable que la situación se deteriore aún más este año.
“Debemos garantizar la disponibilidad, asequibilidad y accesibilidad de dietas saludables para los niños pequeños, las niñas y las mujeres embarazadas y lactantes. Necesitamos actuar con urgencia ahora para salvar vidas y atajar las causas profundas de la malnutrición aguda, trabajando juntos en todos los sectores”, aseguró.
Cinco áreas prioritarias
El Plan de Acción Mundial pretende prevenir, detectar y tratar la desnutrición aguda entre los niños de los países más afectados por la crisis en cascada: Afganistán, Burkina Faso, Chad, Etiopía, Haití, Kenia, Madagascar, Malí, Níger, Nigeria, República Democrática del Congo, Somalia, Sudán del Sur, Sudán y Yemen.
También aborda la necesidad de un enfoque multisectorial y destaca las acciones prioritarias a través de cambios en las políticas de nutrición materna e infantil, dirigidas a los sistemas de alimentación, salud, agua y saneamiento, y protección social.
Ante el aumento de las necesidades, las agencias de la ONU han esbozado cinco acciones específicas que serán eficaces para abordar la desnutrición aguda en países afectados por conflictos y desastres naturales, y en emergencias humanitarias.
Análisis, prevención, asistencia
Entre ellas se encuentran:
- mejorar el análisis de los factores determinantes de la emaciación infantil
- garantizar intervenciones esenciales de nutrición materna e infantil para la prevención precoz, como las revisiones periódicas
- introducir productos alimenticios nutritivos especializados como parte de la ayuda alimentaria de emergencia
“En la Agencia de la ONU para los Refugiados nos esforzamos por mejorar el análisis y la selección de los beneficiarios para llegar a los niños más expuestos, incluidos los desplazados internos y los refugiados”, declaró por su parte Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.
Ampliar estas acciones como un paquete coordinado será fundamental tanto para la prevención y el tratamiento como para salvar vidas, subrayaron los socios.
“La crisis alimentaria mundial es también una crisis sanitaria, y un círculo vicioso: la malnutrición lleva a la enfermedad, y la enfermedad lleva a la malnutrición”, dijo Tedros Adhanom Ghebreyesus, director General de la Organización Mundial de la Salud.
“Se necesita apoyo urgente ahora en los países más afectados para proteger la vida y la salud de los niños, lo que incluye garantizar el acceso crítico a alimentos sanos y servicios de nutrición, especialmente para las mujeres y los niños.”