En la provincia de Alajuela, en Costa Rica, un lunes por la tarde, las aulas de la escuela San Francisco de Peñas Blancas de San Ramón están vacías. Para encontrar a los jóvenes estudiantes, hay que seguir el balido de las cabras, hasta llegar a una parcela en donde los alumnos se afanan en dar de comer a los animales, mientras su profesor les explica cómo criar cabras para que produzcan leche. Es un día más en esta escuela.
En la escuela, rodeada por una granja ecológica, los alumnos aprenden a cuidar de los animales, a reutilizar los residuos y a cultivar productos ecológicos. Además, los profesores transmiten valores y actitudes fundamentales como el amor y el respeto por la naturaleza.
Es un proyecto que va más allá del interior de un aula, se trata de un proyecto de puertas abiertas que enseña al alumno a aprender específicamente en la práctica lo que realmente necesita para la vida.