Después de dar prioridad por años al desarrollo de productos y funciones basados en inteligencia artificial (IA), ahora Meta* se está quedando atrás de sus competidores en este campo debido a la pérdida de un importante grupo de sus expertos. De acuerdo con un informe, publicado este sábado por The Wall Street Journal (WSJ), un tercio de sus mejores empleados, algunos coautores de investigaciones publicadas sobre IA, se han marchado en el último año.
Muchas de las personas que se alejaron de esos proyectos alegan agotamiento o falta de confianza hacia la compañía para seguir el ritmo de la competencia, afirma el diario estadounidense basándose en entrevistas con empleados y exempleados, así como en revisiones de perfiles de LinkedIn y redes sociales, y notas de prensa de Meta.
La mayoría de las salidas se aceleraron tras la llegada en noviembre de la herramienta de IA generativa ChatGPT, desarrollada por la compañía estadounidense OpenAI. El éxito del chatbot provocó que muchas personas se vieran atraídas por la proliferación de ‘startups’ de IA y trajo consigo cambios de personal en todas las empresas del ámbito tecnológico, incluida Google.
Una encuesta interna, a la que tuvo acceso The Washington Post, realizada entre el 26 de abril y el 10 de mayo, reveló que solo el 26 % de los empleados de Meta que participaron afirmaron sentirse confiados en el liderazgo de su empresa. Esta baja moral se produjo tras meses de múltiples rondas de despidos.
Giros bruscos
Si bien un portavoz de Meta aseguró que la empresa ha seguido contratando e incorporando nuevos talentos de IA, ha tenido que dar giros bruscos para no quedarse atrás.
En 2013, cuando Mark Zuckerberg reclutó a Yann LeCun, una de las figuras más destacadas de la IA para encabezar su laboratorio sobre esta materia, apostó por la investigación científica y pasó años dando prioridad a los descubrimientos académicos, y compartiéndolos libremente. En cambio, ahora se está esforzando por reorientar sus recursos para generar productos y funciones de IA que produzcan contenido (texto, imágenes, audio), destinados a ser incluido en cada uno de sus productos.
Con este nuevo enfoque, el conglomerado tecnológico busca ser más atractivo a los ojos de las nuevas generaciones de usuarios. De lo contrario, corre el riesgo de perder relevancia en un mercado cada vez más competitivos y exigente. Por tanto, está destinando sus recursos de ‘hardware’, de su división de investigación de IA, para entrenar nuevos modelos de IA generativa.
No obstante, Meta sigue enfrentándose a grandes retos. Según personas familiarizadas con el asunto, los años de escrutinio gubernamental y mediático por sus prácticas en materia de privacidad de los usuarios han creado fricciones sobre cómo y cuándo introducir productos de IA.
Es así como ahora, a la hora de lanzar grandes modelos lingüísticos, la compañía se lo piensa dos veces para no poner en riesgo su reputación pública. Cabe recordar que en noviembre tuvo que retirar su modelo de IA Galactica, diseñado para apoyar a científicos e investigadores, debido a sus respuestas falsas, incorrectas y sesgadas.