Defender los derechos de las mujeres suele implicar una gran valentía. La ONU, que está comprometida con el empoderamiento de las mujeres y las niñas, trabaja sin descanso con activistas y organizaciones de todo el mundo para protegerlas de los abusos, apoyar iniciativas sanitarias y mejorar sus vidas.
Las mujeres que viven bajo el régimen talibán en Afganistán
El pasado mes de agosto se cumplió un año desde que los talibanes retomaron el control del poder en Afganistán desatando un temor generalizado por los derechos de las mujeres, gravemente mermados durante la anterior etapa del régimen en el poder, a finales de la década de 1990.
Doce meses después, ONU Mujeres anunció su compromiso de continuar la lucha por los derechos de las mujeres en Afganistán, el único país del mundo donde las niñas no pueden ir a la escuela secundaria y tienen vetada de hecho la participación política.
Con motivo del primer aniversario del regreso del régimen talibán, presentamos las historias de algunas mujeres que decidieron quedarse en el país, a pesar de los cambios que han sufrido en sus vidas.
Entre ellas se encuentran Zarina*, una de las empresarias más jóvenes de Afganistán, que se vio obligada a cerrar su panadería en medio de las crecientes restricciones impuestas a las empresarias; Nasima*, pacifista y activista por los derechos de las mujeres, que se vio obligada a paralizar la mayoría de sus proyectos, aunque consiguió reiniciar alguno de ellos posteriormente; y Mahbouba Seraj, una veterana activista que eligió quedarse en Afganistán y presenciar lo que está ocurriendo en su país.
El aleccionador mensaje de Seraj para quienes piensan que Afganistán es un caso excepcional, es el siguiente: “Lo que les está ocurriendo a las mujeres de Afganistán puede ocurrir en cualquier parte del mundo”.
Añadió que el litigio judicial “Roe contra Wade [el caso propició el derecho nacional al aborto en Estados Unidos y que fue anulado por el Tribunal Supremo de ese país en 2022] destruyó años de progreso, arrebatando a las mujeres el derecho a decidir sobre su propio cuerpo. En todas partes se están arrebatando derechos a las mujeres y, si no tenemos cuidado, les ocurrirá a todas las mujeres del mundo”.
*Nombres modificados para proteger las identidades.
Mahsa Amini: la fuente de inspiración de las protestas en Irán
La Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos condenó en noviembre la respuesta del régimen iraní a los manifestantes que protestaban por la muerte de Mahsa Amini, una joven que murió bajo custodia policial en septiembre, tras ser detenida por llevar el hiyab de forma incorrecta, según la llamada policía de la moralidad.
Su muerte provocó manifestaciones en muchas ciudades e incluyó las protestas de chicas en edad escolar. El gobierno iraní respondió deteniendo a miles de manifestantes, entre ellos mujeres, niños, jóvenes y periodistas.
El 22 de noviembre, la Oficina liderada por Volker Türk cifró en más de 40 el número de muertos, entre ellos dos adolescentes, durante la primera semana de protestas. Dos días después, el Consejo de Derechos Humanos creó una misión de investigación en relación con las manifestaciones.
“Me duele ver lo que está ocurriendo en el país”, afirmó Türk a los asistentes a la sesión en la que se votó en favor de la creación de la misión. “Las imágenes de niños asesinados. De mujeres golpeadas en las calles. De personas condenadas a muerte”, detalló.
La creciente repulsa internacional a la represión iraní se plasmó el 14 de diciembre cuando los miembros del Consejo Económico y Social de la ONU (ECOSOC) decidieron excluir a Irán de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, el principal órgano internacional intergubernamental dedicado exclusivamente a la promoción de la igualdad de género.
La resolución presentada por Estados Unidos recibió 29 votos a favor, ocho en contra y 16 abstenciones.
Las mujeres y la crisis climática
Se ha demostrado que la crisis climática afecta de manera desproporcionada a mujeres y niñas. En las semanas previas al Día Internacional de la Mujer, que se celebra el 6 de marzo, Noticias ONU destacó este año la manera en que las mujeres activistas mejoran su entorno local y ayudan a su comunidad a adaptarse a un clima cada vez más hostil.
Una de estas mujeres es la violinista mexicana Martha Corzo, la “maestra Pati”, quien lideró e inspiró a un grupo de unos 17.000 activistas ambientales locales dedicados a proteger la Sierra Gorda. También hay un grupo de mujeres en Níger que ha integrado a refugiados y migrantes en su intento de evitar la desertificación mediante la creación de un próspero mercado de huertas; y una ingeniera en Kenya que tuvo que luchar contra la discriminación de género para desarrollar soluciones energéticas prácticas y asequibles.
En mayo, se reconocieron los esfuerzos de la activista camerunesa Cécile Ndjebet para mejorar la vida de quienes dependen de los bosques, cuando se le otorgó el premio Wangari Maathai Forest Champions 2022, presidido por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
En Camerún, cerca del 70% de las mujeres viven en áreas rurales y su sustento depende, al menos en parte, de la cosecha de productos forestales silvestres. Sin embargo, en algunas comunidades, las mujeres no pueden ser propietarias de tierras forestales, heredarlas si muere su esposo, no pueden siquiera plantar árboles en tierras degradadas.
“Los hombres generalmente reconocen el gran papel que juegan las mujeres en la mejora del nivel de vida de las familias”, dijo en la ceremonia, “pero es importante que también estén de acuerdo en que, para que las mujeres sigan desempeñando ese papel, e incluso lo mejoren, necesitan un acceso seguro a la tierra y los bosques”.
Fuerzas de paz
Las mujeres de las fuerzas de mantenimiento de la paz y la policía de ONU continuaron sirviendo con gran dedicación en algunos de los lugares más peligrosos del mundo, enfrentando desafíos como amenazas de ataques terroristas y violencia alimentada por un aumento de desinformación, en medio de crecientes tensiones políticas y el deterioro de las situaciones de seguridad.
En el Día Internacional del Personal de Paz de la ONU, en mayo, la Mayor Winnet Zharare de Zimbabue recibió el Premio a la Militar Defensora de Género del Año en reconocimiento a su trabajo con la Misión de la ONU en Sudán del Sur, (UNMISS), donde fue una firme defensora de la igualdad de género y las mujeres como líderes y responsables de tomar decisiones.
“Su diligencia y habilidades diplomáticas ganaron rápidamente la confianza de los comandantes militares locales que buscaron su consejo sobre los derechos y la protección de las mujeres”, dijo el Secretario General de la ONU, António Guterres, en la ceremonia. “Su enfoque ayudó a la UNMISS a fortalecer los lazos con las comunidades locales y cumplir con su mandato”.
En julio, en una ceremonia histórica en Sudán del Sur, los miembros del primer despliegue de personal de mantenimiento de la paz de la ONU de Liberia, incluidas varias mujeres, fueron honrados con la prestigiosa Medalla de la ONU.
Su logro simbolizó el gran cambio en la suerte de Liberia, que sufrió una brutal guerra civil en la década de 1990 y principios de la de 2000, antes de alcanzar un alto el fuego, supervisado por la Misión de la ONU en el país (UNMIL), que también apoyó actividades humanitarias y de derechos humanos y ayudó en la reforma de la seguridad nacional, incluido el entrenamiento de la policía nacional y la formación de un ejército nuevo y reestructurado.
“Nuestra experiencia de una guerra civil de 14 años y el impacto que tuvo el personal de mantenimiento de la paz de la ONU es real y tangible para las personas a las que servimos sobre el terreno”, dijo la oficial de policía de la ONU (UNPOL) Elfreda Dennice Stewart. “Nos beneficiamos mucho de las fuerzas de mantenimiento de la paz y es un honor para nosotros servir ahora en esta joven nación bajo la icónica bandera azul”.