Las evidencias, recogidas en 16 estudios revisados por expertos, demuestran que las fuerzas de mantenimiento de la paz -o “cascos azules”, como se les conoce- reducen significativamente el número de víctimas civiles, acortan los conflictos y contribuyen a que los acuerdos de paz se mantengan.
De hecho, la mayoría de las operaciones de mantenimiento de la paz de la ONU logran su objetivo principal: estabilizar las sociedades y poner fin a la guerra.
“Si analizamos sistemáticamente los antecedentes, la mayoría de las veces el mantenimiento de la paz funciona”. Este es el veredicto de la politóloga Lise Howard, de la Universidad de Georgetown, en Washington D.C.
Su reciente libro Power in Peacekeeping (El poder en el mantenimiento de la paz) se basa en una amplia investigación sobre el terreno en diferentes misiones de mantenimiento de la paz de la ONU.
Éxito significativo
“Si nos fijamos en las misiones completadas desde el final de la Guerra Fría, en dos tercios de los casos, las fuerzas de mantenimiento de la paz han cumplido con éxito sus mandatos y se han marchado“, afirma Howard en una entrevista con ONU Video.
“Eso no quiere decir que en todos esos casos todo sea perfecto en los países. Pero sí quiere decir que ya no están en guerra”.
“Las fuerzas de mantenimiento de la paz reducen la probabilidad de que se repitan las guerras civiles”, continúa. “También ayudan a lograr acuerdos de paz. Donde hay una promesa de fuerzas de paz, es más probable que veamos un acuerdo de paz y que los acuerdos de paz se mantengan.”
Millones de vidas salvadas
Por encima de todo, los cascos azules salvan vidas. Howard afirma que se han salvado millones de vidas desde la creación de las misiones de mantenimiento de la paz en 1948.
El concepto de utilizar soldados, no para luchar en guerras, sino para ayudar a mantener la paz, nació durante las negociaciones del Medio Oriente en 1948, cuando el recién fundado Estado de Israel estaba en conflicto con sus vecinos.
Uno de los principales creadores del mantenimiento de la paz fue el doctor Ralph Bunche, diplomático estadounidense que fue alto funcionario de la ONU.
“Esta idea fue una innovación en la historia de la humanidad: tropas desplegándose de forma imparcial, que no tomaran partido. Se desplegarían con el consentimiento de los beligerantes, de modo que éstos les pedirían que les ayudaran a aplicar los acuerdos de paz”.
Por ayudar a negociar un armisticio entre Egipto e Israel en 1948, el doctor Bunche recibió el Premio Nobel de la Paz en 1950.
Caso de estudio: Namibia
Uno de los casos de estudios de la polítologa es Namibia. En 1989, los cascos azules ayudaron a poner fin a una guerra civil y apoyó las primeras elecciones libres y justas de la historia del país. No fue tarea fácil.
“Namibia es un país que ha sufrido enormes penurias”, afirma Howard. “Ha tenido múltiples gobernantes coloniales. Ha sufrido un genocidio. Ha sido víctima de una guerra regional, de una guerra civil. Pero sorprendentemente Namibia no ha sido víctima de esta historia tremendamente difícil”.
Hoy, Namibia es un país estable, de renta media-alta, con un sistema democrático que funciona, un logro extraordinario, dados esos antecedentes históricos.
La misión de la ONU en Namibia fue innovadora para su época. El 40% de su personal eran mujeres. Y Howard sostiene que el mantenimiento de la paz de la ONU es más eficaz cuando no se basa simplemente en la fuerza de las armas.
Poder de persuasión
“La principal forma de poder que ejercían era la persuasión. Los cascos azules estaban allí para ayudar a reformar el sistema político. Nadie había votado nunca en unas elecciones. Las fuerzas de paz ayudaban a informar a los ciudadanos de sus derechos y de lo que significa elegir a sus propios líderes”.
En las complejas misiones en guerras civiles, las fuerzas de mantenimiento de la paz no sólo vigilan las líneas de alto el fuego, sino que también ayudan a reconstruir las instituciones básicas del Estado.
También ayudan a desmovilizar tropas y reformar el sistema judicial y el económico, para que cuando surjan disputas, la gente no tenga que recurrir de nuevo a la violencia, para resolverlas.
Otra tarea clave es proteger la vida de los civiles. Durante la guerra civil en Sudán del Sur, las fuerzas de paz de la ONU abrieron sus recintos a cientos de miles de personas, proporcionándoles refugio en medio de una intensa ola de violencia.
Abuso Sexual
Ha habido ocasiones en las que las fuerzas de paz de la ONU han causado un daño inmenso a los civiles, justo lo contrario de protegerlos. Una pequeña minoría ha explotado y abusado sexualmente de ciudadanos vulnerables.
La ONU ha tomado medidas para impedir que las fuerzas de paz cometan actos de violencia sexual. Batallones enteros han sido enviados a casa y existen mecanismos para garantizar que las víctimas se sientan seguras para denunciar los abusos y la explotación sexual por parte de las fuerzas de paz.
La Organización también ha recaudado más de cuatro millones de dólares para apoyar a las víctimas de abusos y explotación sexuales en la República Centroafricana (RCA), la República Democrática del Congo (RDC), Haití y Liberia.
El Fondo Fiduciario ayuda a los Estados miembros a asistir a las víctimas y a los niños nacidos de abusos y explotación sexuales.
Caso de estudio: Líbano
La misión de la ONU en el Líbano es otro ejemplo del éxito de los cascos azules utilizando medios distintos de la fuerza militar. La misión, denominada FPNUL, se encuentra en una zona muy inestable, cerca de la frontera entre Israel y Líbano. A un lado, están las Fuerzas de Defensa israelíes. Al otro, Hezbolá y otros actores armados.
Una de sus principales tareas es ayudar a preservar la paz y disipar las tensiones entre las Fuerzas de Defensa israelíes y el Ejército libanés. Pero, según Howard, la principal forma de poder que utilizan hoy en día las fuerzas de mantenimiento de la paz es el incentivo.
“Las fuerzas de paz de la ONU ayudan a mantener la paz, no porque nadie les tema, sino porque ven la ventaja de tener fuerzas de paz de la ONU que incentivan a la gente a avanzar hacia la paz“.
La profesora Howard observó de primera mano a las fuerzas de mantenimiento de la paz en el Líbano durante su investigación de campo.
Tropas a pie
“En el sur del Líbano vemos a menudo a las fuerzas de paz patrullando a pie. Pasean por las comunidades locales. Visitando los mercados. Hablando con la gente. Hablando con el imán. Hablando con otros líderes locales. Instalando una clínica médica o prestando servicios de odontología. También proporcionando mucho empleo en el sur del Líbano”.
En otras palabras, las fuerzas de paz de la ONU sirven de conducto para las conversaciones y para reducir las tensiones. Llegan a conocer a las comunidades locales y también prestan servicios. Demuestran las ventajas de la paz y la estabilidad.
Pasar de la guerra a la paz
Howard sostiene que el mantenimiento de la paz de la ONU tiene más éxito cuando se utiliza la persuasión y el incentivo, en lugar de la fuerza militar directa. Pero sea cual sea la teoría que subyace al éxito, los datos de estudios exhaustivos y sistemáticos demuestran que las misiones de mantenimiento de la paz de la ONU son eficaces la mayoría de las veces.
“Si observamos sistemáticamente todos los casos, las fuerzas de mantenimiento de la paz están ayudando a la gente, en su vida cotidiana, a pasar de una situación en la que hay guerra y conflictos violentos a una situación en la que hay más paz”.