Desde video juegos con mensajes ecológicos y oportunidades para plantar árboles en la vida real en clásicos como Pac-Man y Angry Birds, la industria de los juegos trabaja con las Naciones Unidas para atraer audiencias como nunca antes e inspirar una nueva ola de comportamientos en favor del clima.
En algún momento antes de la pandemia de COVID-19, Cassie Flynn se dirigía al trabajo en el metro de la ciudad de Nueva York repleto en hora pico. Como asesora estratégica sobre cambio climático para el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), a menudo usaba la monotonía del viaje para pensar en cómo involucrar a la gente común en la lucha climática, y esa mañana, notó que todos a su alrededor estaban ocupados con sus teléfonos, no solo mirándolos o desplazándose, sino haciendo alguna cosa.
“Fui un poco descarada, y comencé a mirar lo que la gente estaba haciendo. Miré por encima del hombro de una mujer y vi que estaba jugando Angry Birds, y luego miré y vi a un joven jugando Candy Crush. Todas estas personas estaban jugando en sus teléfonos”, recordó mientras hablaba con ONU Noticias.
Se encendió una bombilla y Flynn pensó: “¿Qué pasaría si pudiéramos conectar con la gente por ahí?”
“¿Sabes cómo en algunos juegos tienen estos anuncios de 30 segundos que aparecen? ¿Y si pudiéramos usar eso? En lugar de ser un anuncio de otro juego o algo más, ¿qué pasaría si aquí pudiéramos hablar con la gente sobre el cambio climático?
Y eso es exactamente lo que ella y su equipo dentro de la agencia de la ONU decidieron hacer.
Influir en la política global a través de un videojuego
El trascendental viaje en metro de Flynn dio origen al videojuego Misión 1.5, el cual permite a las personas aprender sobre la crisis climática y, al mismo tiempo, comunicarse con los gobiernos sobre las soluciones que podrían implementarse para abordarla, todo mientras exploran universos virtuales.
“Existen más personas que juegan videojuegos en sus teléfonos que el total de personas combinadas que escuchan música o ven videos. La cantidad de personas que juegan videojuegos es interminable”, comenta la experta.
Gracias al esfuerzo interinstitucional y a la asociación con una empresa de juegos, el juego se puso en marcha a principios de 2020. El juego desafía a los usuarios a tomar decisiones correctas para poder limitar el calentamiento global a 1,5 grados celsius.
“Hasta hoy tenemos un rápido avance, alrededor de seis millones de personas en 58 países han jugado hasta ahora. Del total de personas que lo juegan el 50% de personas lo han completado. Esto significa que cuando la gente lo empieza, realmente lo juega, lo cual es algo que nos emociona mucho”, agrega Flynn.
El videojuego va más allá de educar a los usuarios sobre soluciones climáticas en 17 idiomas; el juego les pide que emitan un voto sobre qué estrategias, en su opinión, serían más exitosas para enfrentar la crisis.
Estas respuestas se han convertido en la fuente de lo que ahora se conoce como el “Voto climático de la gente”, la mayor encuesta de opinión pública sobre el cambio climático jamás realizada.
“Tomamos información de alrededor de 50 países y pudimos usar las muestras para cubrir más de la mitad de la población mundial y saber sobre sus ideas sobre cómo se debería resolver la crisis climática”, explica Flynn.
Esa información ahora ha sido compartida a parlamentarios de todo el mundo durante reuniones internacionales importantes, como la reciente cumbre del G20 y la última Conferencia Climática de la ONU COP 26. Los resultados incluso se incluyeron en la última serie de informes emitidos por El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC), informes que son muy influyentes para las negociaciones intergubernamentales.
Llegar a nuevas poblaciones: La Alianza Jugando por el Planeta
Si pensamos en el alcance de la industria de los videojuegos de hoy, el éxito del juego Misión 1.5 es solo la punta del iceberg. El alcance de los videojuegos se extiende más allá de nuestros teléfonos inteligentes a las pantallas de al menos tres mil millones de personas en el mundo, o una de cada tres personas en el planeta.
“La industria de los videojuegos es probablemente el medio más poderoso del mundo en términos de atención, alcance y compromiso”, dice Sam Barratt, jefe del programa de medio ambiente para la ONU.
Barratt es el cofundador del primer grupo de organizaciones privadas del sector de los videojuegos que se ha comprometido a ayudar a proteger a las personas y el planeta, con el apoyo de las Naciones Unidas.
Lanzado durante la Cumbre de la ONU sobre la Acción Climática del 2019, Jugando por el Planeta ha sido noticia en los últimos años por incluir compromisos de algunos de los nombres más importantes de la industria del juego, como Microsoft, Sony y Ubisoft, así como docenas de otros estudios de videojuegos conocidos.
Barrat se inspiró al ver a su hijo pasar tiempo explorando, jugando y socializando en estas plataformas, y viendo cómo los juegos crean incentivos para mantener a los jugadores comprometidos o enganchados con estos.
“Es una industria que realmente no me había detenido a pensar sobre la diferencia que podría hacer”, explicó a ONU Noticias.
Menos huella de carbono, más acción
La alianza tiene como objetivo trabajar con estas empresas en dos frentes: Primero, reduciendo la huella de carbono de sus industrias; y segundo, aprovechando el poder de sus plataformas para incluir mensajes sobre pasos que se podrían tomar relacionados con la acción climática.
“Hemos construido una comunidad realmente fuerte en esta agenda. Hemos duplicado nuestro tamaño. Por ahora, tenemos al menos más de 40 estudios, y se incorporarán otros más. La forma en que veo nuestro papel como Organización de las Naciones Unidas es que estamos facilitando el liderazgo, estamos aquí para ayudar a la industria (…) Pero al final, es una iniciativa voluntaria en la que ellos determinan el tipo de liderazgo que quieran mostrar”, explica Barrat.
Jugando por el planeta también organiza una “Mermelada de juego verde”, esto es una oportunidad para que los estudios de videojuegos se vuelvan más creativos e integren acciones en pro del cuidado al medio ambiente dentro de sus juegos populares o creen otros nuevos.
Esto significa incluir características y mensajes con temas ambientales, educar a los usuarios e invitarlos a donar o participar en campañas de conservación y restauración de la ONU.
No todo es diversión y juegos
En los últimos dos años ya ha habido una serie de iniciativas y juegos geniales que han marcado la diferencia fuera de las pantallas.
Por ejemplo, dentro de diferentes actividades en los juegos durante las sesiones Jam se ha contribuido a la plantación de más de 266.000 árboles, y es probable que esta cifra aumente.
Otro ejemplo notable es el popular videojuego Alba: A Wildlife Adventure del estudio inglés Ustwo, miembro de la Alianza contra el cambio climático.
El juego muestra a una niña protagonista que intenta evitar la construcción de un complejo hotelero en una hermosa isla del Mediterráneo. Enseña la importancia de la conservación y la restauración a los usuarios de PlayStation, Xbox, Nintendo Switch, PC e iOS, y dedica parte de las ganancias de cada descarga a apoyar la plantación de árboles como estrategia para reducir los gases de efecto invernadero en la atmósfera.
Alba ha llevado hasta ahora a la plantación de un millón de árboles y la restauración de tres hábitats, y esta cifra seguirá creciendo.
Durante la última Jam, ONU Medio Ambiente invitó a los estudios participantes a apoyar campañas como la petición Play4Forets, campaña para exigir la acción de los líderes mundiales en la protección de los bosques; así como algunas otras como Glowing Glowing Gone, campaña para acelerar la protección de los océanos y la acción climática.
Estudios con un alcance combinado de mil millones de jugadores participaron en el Jam 2021 y pudieron involucrar a 130 millones de jugadores en todo el mundo con unas 60.000 firmas para las campañas de la ONU y $800.000 dólares en donaciones a diferentes organizaciones benéficas que trabajan con causas ambientales.
Y por supuesto, también fue divertido. Solo por dar algunos ejemplos:
En PAC-MAN, los jugadores pudieron jugar un “Modo Aventura” que tenía una temática forestal con seis etapas, un álbum lleno de coleccionables y una máscara [una descarga que cambia la apariencia de los personajes en el juego] como recompensa por completar el evento.
En Minecraft, un juego de computadora en 3D donde los jugadores pueden construir cualquier cosa, agregó un plan de adicional sobre “Reciclaje radical” a los mapas de los jugadores y, de esa forma, pudo hacer una donación de $100.000 a The Nature Conservancy.
En Pokémon, se creó un elemento de avatar único en su tipo para brindar a los jugadores una nueva forma de expresar su apoyo a los esfuerzos de sostenibilidad.
En Angry Birds, los fanáticos pudieron recolectar un conjunto especial de sombreros de marinero por participar en una aventura marina, y la campaña llegó a más de 280.000 personas.
Mientras tanto, para Anno 1800, un videojuego de estrategia en tiempo real de construcción de ciudades, los jugadores de PC suelen hacer crecer los asentamientos y crear cadenas de producción masivas en un mundo con recursos infinitos. Esta vez, aprendieron cómo, en el mundo real, sus decisiones afectan el medio ambiente y podrían terminar destruyéndose.
Los jugadores comienzan en una isla virgen con una población pequeña y deben crear una ciudad sostenible. Si no tienen en cuenta las desventajas del crecimiento de la población y encuentran medidas para contrarrestarlas, el ecosistema de la isla y la ciudad finalmente colapsará.
Por ejemplo, la construcción de monocultivos agota la fertilidad de las islas, la pesca excesiva destruye los suministros de alimentos para las generaciones futuras y la deforestación conduce a islas desiertas.
Esta última iniciativa de juego ganó el premio Jam del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente 2021.
Descarbonizando la industria
Hablando de cambios en el mundo real, según el último informe de Playing for the Planet Alliance, el 60% de sus miembros ahora están comprometidos para a más tardar el 2030 a convertirse en lugares sin emisiones de carbono.
“Entonces, sabemos que para muchas compañías de juegos, la mayor parte del carbono se produce a través de juegos que se juegan en dispositivos. Principalmente a través del móvil y todo a través de otras partes de ese ámbito. Pero todavía no tenemos una imagen completa. Estamos trabajando este año para que toda la industria presente una metodología para que puedan entender cómo pueden recordar ese impacto de carbono”, explica el cofundador de Alliance, Sam Barrat.
Agrega que si bien los juegos parecen tener una huella de carbono menor en comparación con otras actividades de ocio, todo depende de cuánto tiempo juegan los usuarios y qué medios utilizan para ello.
“Cuando juegas en un CD ROM y juegas mucho en el mismo juego, el carbono emitido dentro de su ciclo de vida es menor que la transmisión de muchos juegos pequeños”, dice Barrat, destacando que la alianza está trabajando en conjunto para descubrir maneras de medir mejor sus emisiones.
Las grandes empresas ya empiezan a tomar la delantera
El año pasado Microsoft realizó un informe que detalla la cantidad de energía en vatios-hora que usan los celulares mientras juegan videojuegos móviles en un período de juego de 30 minutos.
El estudio anterior que se utilizó para el cálculo data de 2012, por lo que este nuevo conjunto de datos permitirá a las empresas realizar cálculos más precisos del uso de energía de los jugadores a través de los juegos móviles.
Mientras tanto, Sony creó una herramienta de huella de carbono que disminuye los impactos del sector de los juegos e hizo mejoras sustanciales en la eficiencia energética de sus consolas Playstation 4 y 5.
“También reconocemos el impacto que tenemos en el cambio climático como industria, y estamos tomando medidas para abordarlo (…) Para las consolas PS4 y PS5 hemos logrado un consumo estimado de energía de 57,4 TWh (Teravatio-hora] y 0,8 TWh respectivamente. Esto gracias a las mejoras de eficiencia energética que hemos realizado hasta la fecha, como conjuntos de chips eficientes, fuentes de alimentación y modo de descanso de bajo consumo”, dijo Ross Townsend, gerente de comunicación corporativa de Sony PlayStation, a ONU Noticias”
Agrega que, para el Día de la Tierra de este año, Sony Interactive Entertainment invirtió en proyectos de alta calidad y pudo compensar las emisiones de carbono equivalentes a 100 millones de horas de electricidad promedio de la consola durante el juego.
“Siendo los videojuegos la mayor industria del entretenimiento, el impacto es real: hay espacio para liderar en innovación en lugar de solo continuar con lo que ya hay
Gameloft, un gigante desarrollador de juegos móviles, también ha tomado medidas para reducir su huella de carbono.
“Tenemos el ambicioso proyecto de convertirnos en un lugar sub emisiones de carbono igual llevando a cabo un trabajo a largo plazo que consiste en centrarnos en dos asuntos: primero, las emisiones directas de efecto invernadero asociadas con la quema de combustible, y segundo las emisiones indirectas asociadas con la electricidad, el vapor, la refrigeración, etc, reduciendo así nuestra huella de energía y electricidad en un 80%, e incorporando a nuestros proveedores en nuestro viaje de descarbonización”, enfatiza Stephanie Cazaux-Moutou, gerente de comunicaciones de Gameloft.
Desde 2019, la compañía también está reduciendo sus viajes de negocios y compensando las emisiones restantes.
Otros miembros de la Alianza trabajan en un nuevo protocolo para reducir el uso de plásticos dentro de la industria que se lanzará en algún momento de 2022.
“Tres cuartas partes de los consumidores de todo el mundo esperan que las marcas participen activamente en la solución de los cambios sociales y ambientales. Siendo los videojuegos la mayor industria del entretenimiento, el impacto es real: hay espacio para liderar en lugar de seguir”, agrega. Cazaux-Moutou.
En el futuro
La edición de Green Game Jam 2022 ha contado con la participación de más de 50 estudios que han estado lanzando sus activaciones desde abril, y tiene como foco “Alimentos, Bosques y Nuestro Futuro”.
Gameloft, por ejemplo, integró en Asphalt 9, un juego de carreras de automóviles clave, la oportunidad de que los jugadores conduzcan impresionantes autos eléctricos, incluido el lujoso Lotus Evija, y compitan por la salud del planeta.
“Los juegos ya no son solo para las generaciones más jóvenes. Teniendo en cuenta el impacto adverso que tendrá el cambio climático en las comunidades de todo el mundo, es importante educar, inspirar e involucrar a tantas personas como sea posible”, destaca Townsend de Sony, que también participó en la Jam más reciente con su juego “Dreams”, invitando a los usuarios a crear juegos comunitarios de agricultura sostenible y plantar hasta 130.000 árboles en el mundo real.
Compañías de videojuegos que son rivales trabajan, aprenden y colaboran entre sí. Esto podría haber sido difícil de imaginar hace unos años, pero hoy es una realidad.
Porque la verdad es que si no nos unimos para poner fin a la crisis climática, nadie saldrá ganando.
“Aquí hay una oportunidad real de usar esto para bien y ayudar a iniciar conversaciones sobre algunos de los desafíos del mundo con los que las personas pueden querer participar y hablar, pero no han tenido la oportunidad (…) Creo que a través de los videojuegos y a través de la industria del juego, podemos llegar a poblaciones completamente nuevas y ayudar a involucrar a la gente de nuevas maneras que no habíamos podido hacer antes”, destaca Cassie Flynn del PNUD.
En 2022, Mission 1.5 lanzará una nueva serie de preguntas para incluir en el juego, mientras que Alliance realizará varios eventos, incluida una marcha climática virtual y una edición para estudiantes de Green Game Jam.F
“Creo que de esta manera tenemos una influencia sin precedentes en el mundo (…) No tenemos más remedio que trabajar con esta industria porque su tipo de capacidad para influir en el comportamiento es potencialmente exponencial”, concluye Barret.